Capitulo I

El joven tomo sus manos y las aparto para que se detubiera.
-Guarde sus energias, señorita. Quien sabe que clase de criaturas nos atacara luego.

Janna frunció el ceño.
-No.- Dijo firme, poniendo la mano otra vez.
"Tengo que poder hacer algo."

El joven suspiro, pero aun asi sonrio observandola hacer su trabajo, sin decir nada mas.

Janna sonrió levemente, pero luego casi desfallece.
-No... No puedo hacer nada...- Murmuró, sentándose al lado del chico. Se sentía enfadada consigo misma.
"Por qué? Por qué justo ahora no puedo hacer nada?"

El joven sonrio.
-No se preocupe, señorita. Estoy bien. Le dijo entonces, observandola.

Janna asintió.
"Está mintiendo. Debo curarlo con algo..."

-Usted se encuentra bien? Esos duendes no le hicieron daño? Pregunto.

Janna negó con la cabeza.
-Sí, estoy bien. No me hicieron nada.-

El joven sonrio.
-Me alegro. Dijo entonces y se levanto con dificultad. -Deveriamos seguir, a menos que usted se sienta cansada. Dijo, ofreciendole su mano para ayudarla a levantarse.

Janna se levantó de inmediato.
-Estoy perfectamente. El problema es cómo estás tú. Y puedes tutearme.-

El joven sonrio.
-Perdona, esque mi pocicion politica me obliga a hacerlo. Pero si quieres, puedo tutearte, no me molesta. Dijo entonces.
-Vamos. Dijo y comenzo a caminar tranquilamente.

Janna se limitó a caminar detrás de él. Estaría atenta por si le sucedía algo.

Luxen caminaba lentamente, ya que su herida lo hacia sufrir, pero no debian detenerse. El joven sabia que los duendes podrian volver con refuersos y el no estaba en condiciones de enfrentarlos.

Janna se puso al costado de Luxen, donde tenía la herida. Pasó el brazo de este por encima de sus hombros para ayudarlo a caminar.
-Esperemos hasta mañana si quieres.-

El joven la observo.
-Dudo que sea una buena idea... que pasa si vuelven con refuersos? Pregunto, mirandola a los ojos.

Janna negó con la cabeza.
-Los notaré cuando estén a unos kilómetros. Si los detecto, nos vamos.-

-Entonces... supongo que podemos quedarnos un rato... Dijo suspirando.

Janna lo acompañó hasta un árbol y se quedó mirando el cielo, con las manos tras la espalda, pensativa.
"Cuándo morirás?"

El joven se sento cierta dificultad y miro al cielo suspirando.
-Siento hacerte perder el tiempo de esta manera. Dijo entonces el joven.

Janna lo miró e hizo media sonrisa.
-No pierdo el tiempo.-

El joven sonrio.
-Dudo que estubiera en tus planes esperar a que me recupere antes de seguir el viaje con tus amigas. Respondio.

Janna se encogió de hombros.
-Pero no me molesta.-

Luxen sonrio y no dijo nada mas. Simplemente cerro los ojos, pero no se durmio. Sentia una suave brisa sobre su rostro, que retiro su capucha y desplazo ligeramente hacia atras algunas mechas de pelo.

Janna se sentó a su lado, esperando un rato. Pensando que él estaba dormido, miró al cielo.
-Eres molesta.- Susurró. -Especialmente ahora.-
Se peinó el pelo con los dedos mirando su regazo, y luego volvió a alzar la vista al cielo.
-Tengo prisa porque desaparezcas.- Susurró otra vez.

Luxen no respondio, ni hiso preguntas al respecto. Se quedo con los ojos cerrados, intentando dormir un poco, en vano.